
Es sabueso por excelencia, el prototipo ideal de un perro de rastro, dotado de un olfato realmente excepcional. Su complexión es robusta, de porte cuadrado. Su cabeza es grande y estrecha, con cráneo alto y abombado y la protuberancia occipital muy evidente. El cuello lo tiene largo y musculoso para que el perro pueda seguir el rastro con el hocico pegado al suelo. Tiene papada bien desarrollada. Es de pelo corto, duro y tupido. Sus orejas son muy largas, de inserción baja y caídas. Tiene ojos que varían de color entre avellana y amarillo, dependiendo del color del animal; son hundidos, cubiertos por pliegues de piel y con los parpados inferiores caídos lo cual le da una expresión triste y melancólica. Su cola es larga, afilada en la punta y la lleva elegantemente curvada.
El Bloodhound es un perro de naturaleza noble, relativamente tímido. Es muy paciente, gentil y responsable lo que lo hace un excelente compañero de juegos para los niños. Tienden a llevarse muy bien con otros perros y mascotas.
Esta es una raza que necesita hacer ejercicio, por lo que se recomienda sacarlo a dar una caminata larga diariamente. El único inconveniente es que si encuentra un olor que le interese puede distraerse fácilmente y seguir su olfato. Vive mejor en lugares con espacios abiertos.
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